• Es esencial reconocer los valores de los pacientes y deseos y enfocarse en su comodidad y en ayudarles a vivir el presente. Se trata de atender a la vida que permanece, no solo a la enfermedad. Los Cuidados Paliativos pueden ayudar a mejorar su experiencia y desde 2010 se conoce que aumentan la supervivencia en especial si se aplican pronto con menor dolor, sufrimiento y hospitalización. Si fuese un tratamiento oncológico, los oncólogos lo prescribirían, ¿por qué no lo hacen? Hay que pensar en que más no siempre es mejor y volver a dar importancia a los aspectos humanos de los pacientes.
  • Si bien la humanidad se ha ocupado desde siempre de sus moribundos, la Medicina Paliativa, que ha permitido profesionalizar lo que normalmente se ha hecho por ellos con abnegación y sacrificio, es relativamente joven. El movimiento paliativo moderno del cuidado intensivo de bienestar de los enfermos en esta etapa, empezó con la apertura del St. Christopher´s Hospice en Londres en 1960, para luego generalizarse a muchos países a partir de 1990 con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud y la aparición de numerosas asociaciones nacionales y publicaciones que han facilitado su mayor difusión y ejercicio.
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